Al inicio del año escolar, numerosos estudiantes en Honduras se enfrentan a estrés académico, bullying, dificultades económicas y falta de apoyo emocional.

Esto se manifiesta en aislamiento, conducta agresiva, bajo rendimiento, problemas de aprendizaje y deserción escolar. Entre las causas destacan el temor a los exámenes, presión por buenas calificaciones y conflictos escolares.

Expertos recomiendan apoyo psicológico constante, técnicas de relajación y trabajo conjunto entre padres, docentes y la comunidad educativa.

Es vital garantizar ambientes escolares seguros y comprensivos, fomentar la comunicación abierta y promover la inclusión.

La meta no es eliminar la ansiedad, sino enseñar a gestionarla, fortaleciendo así el desarrollo físico, emocional y educativo de los niños y adolescentes.