Actualmente, Solórzano reside en España junto a su madre, algo por lo que no vio problema en confesar una de las malas acciones que realizó en su país natal.

"Yo al muchacho le regalaba súper recargas de 150 lempiras, 125, 200 y se las robaba a mi papá. Bueno, como nosotros teníamos comedor, yo le quitaba el teléfono a mi papá a escondidas y le activaba las súper recargas".

Ella mantenía su celular sin saldo, pero era feliz de que quien le gustaba, siempre pudiera comunicarse.

Cuando el señor se enteró que ese joven le gustaba a su hija, un día la fue a sacar del pelo de la casa de su vecina, pues creyó que Solórzano andaba viéndolo a él, reveló la hondureña.

Nayensy también confesó que su primer beso se lo dio a ese joven de la recarga, además, estaba tan enamorada que cuando lo atendía en el negocio de su papá, donde vendían comida, ella le daba más de la cuenta y hacía lo mismo al venderle refresco en bolsa.

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