Los fenómenos afectaron a los 16 departamentos del país, pero los estragos fueron mayores en el norte y caribe como el Valle de Sula, donde se concentra la mayor parte de la fuerza productiva en el campo agrícola, ganadero e industrial, entre otros que mueven la economía nacional.

Ahora, hay amenazas de inundaciones que se ciernen en la presente temporada ciclónica, es decir, que el panorama no es nada alentador porque se ha pronosticado que del 1 de julio al 30 de noviembre se preven 14 tormentas tropicales y de estas, de 6 a 7 huracanes; 3 de poder destructivo, con mayor intensidad entre agosto y octubre.

En ese sentido, los hondureños piden actuar de forma urgente con obras de mitigación para que la tragdia no se repita, ya que temen perder sus vidas, sus comunidades y sus fuentes de empleo, como ocurrió en 2020.

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