En medio de la historia y simbolismo que rodea el báculo papal, una pieza con sello hondureño forma hoy parte de la colección del papa Francisco.
Se trata de una férula elaborada con materiales provenientes de Honduras y creada por el artista italiano Maurizio Laurin cuando apenas sumaba 228 días al frente de la Iglesia Católica.
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Esta férula, bautizada como Cruz Gloriosa , está hecha de madera de caoba, bronce y plata hondureña, además, el regalo fue entregado por el Grupo de Investigación sobre Materiales Éticos, una organización vinculada al Cardenal Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga.
Con este obsequio, Honduras dejó su huella en uno de los elementos más representativos del pontificado: el báculo, símbolo del rol pastoral del papa como guía del pueblo católico.

Báculos y férulas históricas que usó el papa Francisco
A lo largo de la historia, la figura del báculo ha evolucionado, Pablo VI fue el primero en usar una férula con el Cristo crucificado en lugar de una simple cruz, una obra del escultor italiano Raffaele Scorzelli.
Ese modelo fue retomado por Juan Pablo I, Juan Pablo II y Benedicto XVI durante su pontificado, aunque este último alternó con una férula dorada sin crucifijo, inspirada en la de Pío IX.

En 2018, el papa Francisco llamó la atención durante la apertura del Sínodo de los Jóvenes al usar un báculo distinto: tallado en madera con forma de bambú, representando a Cristo con los brazos unidos por un clavo.
Este báculo también fue un regalo, en este caso de 70 mil jóvenes italianos que participaron en una peregrinación nacional.

El gesto de aceptar báculos tan distintos refleja el estilo cercano de Francisco, abierto a la diversidad de culturas y expresiones de fe.
Con la Cruz Gloriosa, Honduras forma parte silenciosa pero significativa de esa historia, dejando una marca en la espiritualidad del primer papa latinoamericano.